Hace cinco años, ella era una ama de casa de 29 años. Ahora, está a punto de publicar el increíblemente esperado final a su saga best-seller. Esta es una íntima charla con la mujer que podría convertirse en la próxima J.K. Rowling

Durante un loco verano, mientras su marido y sus tres hijos dormían, Stephenie Meyer escribió una montaña de páginas sobre un embriagador romance entre una inteligente chica de 17 años y un vampiro de belleza divina. Desconcertada sobre como una buena ama de casa que vive en Phoenix se adentra en el estruendoso mundo publicitario de Nueva York, ella se unió a un pequeño grupo de escritores, era un grupo de mujeres íntimas y agradables que estaban dispuestas a ayudar y trabajaban en libros de trivia, tarjetas de Hallmark y letras de canciones. Como una broma, había tenido la audacia de contactar un puñado de agentes literarios que había encontrado en internet, enviándoles a cada uno un pedazo de Twilight. El acertado mordió y consiguió a su nueva cliente un contrato para tres libros por $750,000. (''Había estado esperando tener $10,000 para terminar de pagar mi minivan,'' comenta Meyer.) Inseguros sobre lo que podían esperar de su nueva escritora Mormona, Little, Brown Books para Jóvenes lectores despachó a un publicista hacia Arizona — para asegurarse, como dice Meyer con una sonrisa, ''Que no tuviera puesta una falda encima de mis jeans o algo así.''

El nacimiento de Twilight fue tanto hace cinco años atrás como hace toda una vida. Ahora Meyer, de 34 años hace parte del New York Times best-seller, es una autora publicada en 37 países, una millonaria, y de acuerdo con los fans y los vendedores de libros por igual, la segunda J.K. Rowling. Cuando Eclipse, el tercer libro de la saga Twilight, salió el verano pasado, chocó las manos con Harry Potter antes de bajarlo dulcemente de su primer lugar en ventas. El próximo 2 de Agosto, a las 12:01 de la mañana, las cajas registradoras de todas partes empezarán a sonar con las ventas de Breaking Dawn (lee las primeras páginas aquí), el esperadísimo cuarto y final libro de Meyer. El fervor no morirá ahí, ya que, los fans direccionarán su pasión hacia el lanzamiento en Diciembre de la película Twilight.

Un día a finales de Mayo, Meyes se encuentra en Salt Lake City promocionando su primera novela para adultos, The Host, una vigorosa combinación de romance y ciencia ficción que vendió por $600,000 y debutó en el No. 1. En la audiencia, mil fans ya casi sin aliento, gritan por la autora en un nivel de decibeles normalmente reservado para bandas de chicos. Hay chicas jóvenes y mujeres por igual, que visten camisetas hechas en casa con slogans como ''Amo a los chicos ardientes con superpoderes (y Colmillos)'' y ''Amo a los vampiros vegetarianos.'' Hay miembros llenos de alegría de la comunidad online de Twilight Moms, con quienes Meyer desayunó esa mañana a pesar de hacer estado firmando autógrafos hasta la 1 de la mañana la noche anterior, hay abuelas que dicen que si supieran como usar un computador, empezarían su propia web también. Hay mujeres que han renunciado a sus trabajos y ahora viven de vender camisetas y joyería inspirada en Twilight, y una adolescente quien le envió una carta a Meyer contándole como los libros la ayudaron a no querer quitarse la vida.

Detrás del escenario, un equipo tecnológico de instituto conversa en un sofá mientras Meyer, su espeso y rojizo pelo al estilo de Ana de las Tejas Verdes recogido en un broche, se sienta con su publicista y examina una canasta llena de preguntas hechas por la audiencia. (Sale la pregunta más popular: Si los vampiros se vuelven locos con el olor de la sangre, ¿Qué hace Bella cuando le llega el periodo? ''Asqueroso,'' dice Meyer.) Una chica en una camiseta negra, pone sus ojos en blanco con el torrente de energía que surge de la multitud. ''Son libros realmente geniales, pero creo que algunas personas deberían tener una vida," dice con un tono petulante. ''Son las mujeres de 50 años las que están gritando más!" ''Oh, se excitan fácilmente, es todo," Meyer dice afectuosamente. La publicista de Meyer recuerda el momento en que los fans se empezaron a llamar a sí mismos Twihards en vez del ya aceptado apodo Twilighters y la blogósfera estalló. Cuando un ejecutivo en ventas de Little, Brown anunció planes para un botón Twihard, la publicista le rogó que abortara, insistiendo en que estaría encendiendo la llama de la discordia.

Cuando Meyer toma su podio, su pálida cara se sonroja por el miedo escénico, habla sobre su nueva novela y da consejos para llegar al estrellato para todos los aspirantes a escritores en la audiencia. Cuando menciona a Breaking Dawn, el griterío comienza nuevamente. El gran final que responderá de una vez y por todas el futuro de la humanidad de Bella ha sido el best-seller número 1 en Amazon.com por más de un mes. ''Me la pasé diciendo que no habrá otro libro en mi carrera como Harry Potter 7,'' dice la directora de mercadeo para niños de Borders, Diane Mangan. ''¿Quién hubiera pensado que un año después estaríamos hablando así nuevamente? En anticipación a la comunidad online entrando en estado máximo de alerta — ¿Debería Bella quedarse con el sexy Edward o con el fiel Jacob? — Meyer está sintiendo la presión. Llegó tan lejos al mandar a su publicista una parodia titulada ''Breaking Down,'' en la cual catalogó todas las formas en que podía enfurecer e a los fans. "Tienes que entender," dice Meyer cansinamente, como si estuviera hablando a una versión más jóven e inocente de sí misma, ''que no importa lo que hagas, las personas se enojarán contigo."

Unas semanas después, Meyer abre la puerta de su amigable casa de cinco abitaciones en Cave Creek, Ariz. Su marido,Pancho, con quien se casó cuando tenía 21 años, y quien recientemente renunció a su trabajo como auditor en una firma de contabilidad para convertirse en un amo de casa, está con los chicos en un parque acuático. Cuando terminó el tour para The Host, Meyer regresó a casa exhausta para enfrentarse a uno de los plazos más grandes de su corta carrera. Sólo tenía tres días, trabajando en la oficina de su casa, desde las 6 de la mañana hasta la media noche, para hacer los toques finales de Breaking Dawn. Lanzar dos libros en un verano fue la locura, y ella dice que nunca cometerá el mismo error. Aún así, dice Meyer, fue una gran satisfacción probarle tanto a su publicista como a sí misma que no era "solamente una chica vampiro." En Salt Lake City su buena amiga Shannon Hale, la ganadora del premio Newbery young-adult y autora de la novela para jóvenes Princess Academy, felicitó a Meyer por The Host. ''¡Estoy tan orgullosa de ti! Porque no sobemos si que J.K. Rowling sea una maravilla de un solo éxito, '' Hale comentaba en tono bromista antes de que empezara la firma de autógrafos. ''Pero tú no lo eres!''

Meyer escribe de frente a la cocina, con audífonos para dejar de escuchar las travesuras de sus hijos, cuyas edades van desde los 6 hasta los 11. Ella solía tener fotos de su familia en su web, pero ella y Pancho decidieron sacar a los niños del ojo público. Ocasionalmente recibe una carte de algún fan en su casa, que no figura en la guía telefónica, y esas siempre van directo a la basura. También ha empezado a recibir extrañas llamadas en su celular de fans, quienes balbucean y rien cuando su desprevenida héroe contesta. ''Los números son fáciles de cambiar,'' dice Meyer encogiéndose de hombros. ''Mudarse es más difícil. Tendrían que sacarme de este lugar en una tabla. Antes de mudarme pondré una cerca y conseguir pastores alemanes. Después tendré un botón que diga, 'Liberen las haurías!''' No es raro que Meyer no esté dispuesta a dejar que unos pocos fans excesivamente entusiastas la aparten de su refugio en el oeste. Sus padres viven en el vecindario, al igual que uno de sus hermanos. Lo mejor de todo, es que su casa tiene una escalera en espiral que llega hasta el techo, donde Meyer puede encontrar alivio de la blogósfera debajo de una manta de brillantes estrellas.

Los message boards están ardiendo con consternación, después de que los fans hubieran visto la portada de Breaking Dawn. Claro está, que aún no saben que la misma Meyer ayudó a diseñar la imagen - que muestra un tablero de ajedrez con una reina blanca y un peón rojo que se sostiene atrás - o como se relaciona con la historia. "Ellos simplemente lo odian," suspira Meyer, entre hamburguesas y se sacude en un In-N-Out cercano. ''Después de un tiempo, les gustará, creo yo,'' comenta, comparando el furor a los bramidos de indignación cuando Robert Pattinson fue seleccionado como Edward en la película Twilight. ''Todos se volvieron locos y dijeron cosas horribles, ahora todos los slogans en los posts dicen: 'Cuando Dios hizo a Robert Pattinson, Él simplemente se estaba luciendo.''' Más difícil de aceptar, además, han sido las respuestas negativas a los posts online del primer capítulo de Breaking Dawn. ''Hubo muchas personas," dice Meyer, riéndose y alzando las manos en el aire, "quienes dijeron, ¡Este no es el primer capítulo verdadero, la escritura es muy mala!'''

A pesar de estremecerse con el comentario de one-star en Amazon.com(''adicta a los libros,'' de hecho, declara que Twilight ''apesta tanto como un vampiro en tu cuello''), Meyer no puede evitar mirar los message boards. Ella ama a sus fans y quiere saber como responden ante su trabajo. ''Algunas veces la retroalimentación es de mucha ayuda," comenta. ''Quiero ser una mejor escritora... he leído a otros autores y pienso 'Este es un buen escritor. Nunca alcanzaré ese nivel.' Pero seré una buena narradora," dice ella, sentándose derecha en su asiento. "Y que buen trabajo es!''

Todo el dinero, los fans, la fama - no es nada comparado con lo bien que se siente de haber logrado llevar a esa primera historia de su imaginación al papel. Ella ya tiene dos secuelas más para The Host formadas en su cabeza. Ha escrito cuatro capítulos de una historia de fantasmas a la que llama Summer House. Después esta una historia de viaje a través del tiempo a la que le encontró un final mientras se maquillaba esta misma mañana. Y, por supuesto, para el deleite de sus fans, tiene la mitad de Midnight Sun, Twilight desde el punto de vista de Edward, merodeando en su computador. Hay presión para darle los toques finales y tenerlo listo para el próximo verano, pero Meyer se lo está tomando con calma. "No he vendido Midnight Sun aún,'' comenta. ''Aún es para mí. Probablemente lo venda cuando lo tenga listo, por una razón: Lo quiero tener en mi estante junto a los otros. O, '' se ríe, tal vez simplemente lo publique en mi website.'' (En un lugar muy muy lejano, la sangre se filtra en los oídos de su publicista) ''Después de que descubrí cuan asombroso es escribir una historia, No puedo parar," continúa Meyer. ''¿Pero la publicación y todas las políticas y negatividad? No sé si valdrá la pena sacar las historias siempre.'' Por eso, por el momento no está bajo contrato de nadie; no hay más plazos que cumplir. Ella planea tomarse un año para escribir libremente. Son las historias lo que más importan, no el circo que las rodean.

Apostándole a ese final, Meyer espera que la gira de cuatro ciudades para Breaking Dawn, en la cual el cantante principal de Blue October, Justin Furstenfeld servirá de telonero, será su tour de ensueño. (''Aunque imagino que me harán repetirlo porque soy un masmelo.'') Su hermana mayor Emily, quien vive en Salt Lake, recuerda casi nostálgicamente cuando Meyer saludaba a 20 fans en vez de 2,000. ''Éramos mis 5 amigos y yo, porque por supuesto que yo prestaba mis libros y hacía que todos mis vecinos los leyeran, después íbamos a la heladería y ella nos leía un poco del manuscrito de Midnight Sun,'' dice Emily. ''Esas eran las reuniones que Stephenie realmente amaba.''

Ha pasado un tiempo desde la última parada de Meyer en Salt Lake. Estaba en su cuarta hora firmando libros, cuando una chica de 11 años que lucía una camiseta de estampada con una piedra preciosa se acercó a la mesa para poder verla de cerca. ''Eres mi autora preferida!" dijo aplaudiendo. ''Soy una persona que juzga mucho a los autores y no tengo nada malo que decir sobre ti. Quiero decir, soy muy dura, ni siquiera me gustó Harry Potter.'' Meyer la miró confusa por un momento pensando en cual sería la respuesta correcta ante semejante cumplido, entonces la joven chica la miró atentamente a los ojos. "¿Nos sentiremos completos al final de Breaking Dawn?'' le susurró suplicantemente. Meyer tocó la espalda de la chica, le firmó su libro y sonrió. "Realmente no te puedo responder esa pregunta,'' le dijo, con un tono alegre pero firme. "Pero yo sentí una conclusión."